Estupidez y egocentrismo de la humanidad
ante una naturaleza que se regenera eternamente - Texto de María Alberich

Patricia Fesser no es una artista.
Su acción transgrede los límites de la praxis artística.
Ella es re,creadora de lo creado, de la Naturaleza que no sólo nos rodea sino que nos habita.
En sus acciones reivindicativas se pierden los límites de lo real y lo sugerido, en una prolongación "grafitea" las sombras de las vegetaciones existentes y sugiere una inmersión total de ella misma en esa hermandad sentida con el reino vegetal.
Brota su creatividad como los tallos incipientes brotan de rocas y pavimentos (incluso urbanos), se expanden tal cual venas y arterias en un grito de advertencia al género humano: "os somos necesarias, no nos aniquilen o desbrocen porque podemos vengarnos"...(Malas hierbas #1 y 2)

Patricia medita acuclillada y observante y entonces su filosofar biológico escupe la Verdad del ecocidio que queda plasmada en pinturas murales y bocetos, devolviendo al reino animal su dignidad arrebatada ("Porque queremos"...léase "porque nos hemos dejado").
La simbiosis de esta revolucionaria con los reinos no.humanos se produce en un éxtasis poético que se acerca al sentir de aquéllos artistas del Romanticismo alemán en su manifestación espiritual (Geist) aunque la Libertad es reclamada por Patricia "Friedrich" para plantas y animales y no para el ego humano.
Este hombre que como el Fausto de Goethe vendió su Natura(alma) al diablo...

Patricia quiebra la utopía presentando la esencia de la Naturaleza (bella en sí, perfecta, como la absoluta obra de arte que es) como parte activa, agente y pensante y no como mero marco de la existencia humana. La tragedia es inherente a la raza humana en su sentir hacia la creación, en su inconsciencia, en su sensiblería ñoña, en su falso ecologismo de postureo...y Patricia blande rama con feroz respeto por la Naturaleza y ello queda plasmado en la concepción de su obra ("Nosotras estábamos aquí", "Zeitgeist") No es simbólica o sugerente sino explícita y directa. Ella experimenta la Natura, conversa con ella, escucha sus susurros y sus aullidos,,,

La Naturaleza no es una proyección de los sentimientos de la autora (ni del espectador) sino que la Naturaleza es sentida, vivida y apoyada (cual camarada) por Patricia en un acto de empatía creativa (Una más #6, Columna vegetal, ...).
De la misma manera que las Hojas de Otoño de Victor Hugo evocaban la nimiedad del ser humano ante la Naturaleza, Patricia promulga la estupidez y egocentrismo de la humanidad ante una naturaleza que se regenera eternamente, resiliente (frente a la mortalidad humana).

La función didáctica y dialéctica de sus instalaciones, performances y estructuras montadas en diversos escenarios consiguen un efecto de catarsis para los espectadores más aventajados y en la contemplación la culpa se minimiza a la par que la consciencia crece...(Grupo de monos, Animales de Poder, Valle de Búfalos, Acumulación animal, Gorila en la selva, Leones en tormenta, Guarida de Lobos...).

Vivir con el Arte (cuestiona La autora...) y la Naturaleza reVive en ella, aunque sea como mujer, como humana, una especia en peligro de extinción.

M.A.